La temporada de huracanes en el Atlántico va oficialmente desde el 1o. de junio hasta el 30 de noviembre de cada año, pero por ser fenómenos naturales no se ciñen a una fecha específica y pueden originarse por fuera de este periodo.

Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos,  para esta temporada existe una posibilidad del 70 % que sea superior a lo normal.

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“La agencia pronostica un rango de 13 a 19 tormentas con nombre (vientos de 63 km/h o superiores). De estas, se pronostica que entre 6 y 10 se convertirán en huracanes (vientos de 119 km/h o superiores), incluyendo entre 3 y 5 huracanes mayores (categorías 3, 4 o 5; con vientos de 179 km/h o superiores). La NOAA tiene un 70 % de confianza en estos rangos”, precisó la agencia en un comunicado.

La temporada ya arrancó y en casi dos meses se han formado, por ahora, tres tormentas tropicales: Andrea, Barry y Chantal. 

Actualmente las condiciones en el Océano Atlántico limitan la formación de estos fenómenos a raíz del polvo del Sahara, que es nada más que aire que proviene del desierto del Sahara, en África, y se adentra al océano recorriendo miles de kilómetros hasta llegar a la zona del Caribe.

Este fenómeno trae consigo aire seco y baja la temperatura del agua, lo que incide para que no se formen ciclones tropicales.

Pero todo no es para siempre y según los pronósticos, la temporada ciclónica se reactivará, con mayor incidencia entre los meses de septiembre y octubre.

La formación de los ciclones

Los ciclones tropicales se forman a menudo en las aguas cálidas del océano. En otras palabras en inmediaciones del Mar Caribe o poco antes de ingresar al mismo. La temperatura del agua debe ser superior a 26 grados y ese aire cálido y húmedo se eleva originando una zona de baja presión. El aire que sube se enfría y condensa, liberando el calor que alimenta al ciclón tropical.

Los ciclones se clasifican de acuerdo a la velocidad de los vientos.

“Los ciclones tropicales con un sistema organizado de nubes y tormentas eléctricas con circulación definida y vientos máximos sostenidos de  61  km /h  (38  mph ) o menos se denominan 'depresiones tropicales'. Una vez que el ciclón tropical alcanza vientos de al menos 63 km/h (39 mph), generalmente se le denomina 'tormenta tropical' y se le asigna un nombre”, informó la NOAA. 

Cuando los vientos sobrepasan los de tormenta tropical se convierten en un huracán (palabra que  proviene de una adaptación española de "Hurican", dios de las tormentas de las tribus indígenas taínas del Caribe).

Pero este nombre lo recibe si se forma en la cuenca del Atlántico, porque si se forma en el Pacífico, en Asia, recibe el nombre de tifón. 

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“Los huracanes se clasifican además según la velocidad del viento. La Escala Saffir-Simpson de Vientos Huracanes es una clasificación de 1 a 5 basada en la intensidad actual del huracán. Esta escala solo considera la velocidad del viento”, según la NOAA.

La categoría va de 1 a 5, donde este último es el más destructor o potente con vientos de 252 kilómetros por hora.

Colombia se puede ver afectada por la temporada

Colombia, especialmente el Caribe, aunque no está en la línea directa de que el ojo de un huracán toque tierra en la costa continental, sí puede incidir en las lluvias, vientos y marejadas a su paso por el Mar Caribe.

Tal como pasó con el huracán Matthew en octubre de 2016, que llegó a ser un poderoso categoría 5 frente a La Guajira y produjo lluvias intensas en ese departamento, al igual que en el Magdalena, Atlántico y Bolívar. 

De allí, siguió su curso hacia Haití, donde según reportes de la época dejó alrededor de mil muertos.

Tampoco hay que olvidar el huracán Iota, que también llegó a ser de categoría 5, y afectó principalmente a la isla de Providencia en noviembre de 2020, dejando un estela de destrucción total.  

Así como en años anteriores, las tormentas proyectadas para este 2025 también podrían tener alguna incidencia en nuestro país.

Ante esta situación, las autoridades del orden nacional ya sostuvieron una mesa técnica, que incluyó a la UNGRD, el Ideam, la Dimar, Aerocivil, Fuerza Aeroespacial Colombiana y otras entidades antes del inicio de la temporada de huracanes. 

El Ideam precisó que La Guajira y la isla de San Andrés y Providencia, como es de esperarse, son los más expuestos frente a los huracanes.

“Activamos todos los planes de gestión del riesgo y de preparación para la respuesta junto a los Consejos Departamentales y Municipales de Gestión del Riesgo, especialmente en la región del Caribe. Es importante resaltar que, durante el paso de ciclones tropicales otras zonas del territorio nacional pueden verse afectadas por eventos derivados como: inundaciones, vendavales, movimientos en masa y avenidas torrenciales”, aseguró en su momento en esa mesa técnica Carlos Carrillo, director de la UNGRD.

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Barranquilla también está preparada

Barranquilla, por ser una ciudad costera, tampoco está exenta de efectos de ciclones tropicales.  

Por esto la Alcaldía de Barranquilla, a través de la Oficina de Gestión de Riesgo,  está lista ante cualquier eventualidad que se pueda presentar.

“En el caso del Distrito de Barranquilla, se prevé un aumento en la intensidad y frecuencia de las lluvias, que podrían estar acompañadas de fuertes vientos, vendavales e incluso tornados, fenómenos que históricamente se registran entre los meses de agosto y octubre”, informó la Alcaldía recientemente en un comunicado. 

El jefe de la Oficina de Gestión del Riesgo, Fernando Fiorillo, aseguró que, con el inicio de la temporada de huracanes, tanto la Alcaldía como el Consejo Distrital de Gestión del Riesgo estarán activados para atender cualquier situación de emergencia. La ciudadanía puede reportar incidentes a través de la línea única de emergencias 123.

La mencionada Oficina de Gestión de Riesgo entregó recomendaciones a la ciudadanía:

- Haga poda preventiva de árboles cercanos a las viviendas.

- Realice limpieza y recoja los escombros para evitar inundaciones.

- Asegure los techos y ventanas de sus viviendas.

- Limpie los canales de agua y desagües.

- Revise y asegure el tendido eléctrico susceptible a las ráfagas de los vientos.

- Evite arrojar basura a los arroyos, porque puede producir represamiento cuando llueve.

- Si se presentan tormentas eléctricas, manténgase en un lugar seguro. Evite terrazas, zonas al aire libre y árboles.

- Si está conduciendo y lo sorprende la lluvia en lugares donde no haya canalización de arroyos, deténgase en un lugar seguro.